Desde hace unos meses, comenzó a popularizarse por internet una herramienta capaz de realizar diversas tareas escritas en cuestión de segundos. El revuelo que ha sido tal, que consiguió superar el millón de usuarios tras sólo 5 días de haber sido lanzado.

ChatGPT es un modelo de lenguaje basado en inteligencia artificial desarrollado por OpenAI. Su función principal es procesar y comprender el lenguaje natural, lo que le permite generar respuestas coherentes en un estilo natural y humano, en función de las entradas de texto que recibe. Además, gracias a su capacidad de aprendizaje automático, puede mejorar su capacidad de procesamiento a medida que recibe más datos y retroalimentación de los usuarios.

La herramienta es fácil y sencilla de usar: todo lo que debes hacer es registrarte, escribir tus preguntas o peticiones y en cuestión de segundos tendrás un resultado, pudiendo continuar la conversación o hacer más preguntas si lo consideras necesario.

Llevando esta herramienta al contexto de tu empresa, puede que te sorprenda los resultados que se puedes llegar a obtener. De hecho, una encuesta realizada por OpenAI a 1.000 usuarios de ChatGPT, el 73% afirmó que les ayudó a realizar tareas que de otra manera no habrían podido hacer, mientras que el 77% afirmó que les había permitido ser más productivos.

Actualmente, muchas empresas están utilizando ChatGPT para la automatización de ciertos procesos tediosos o que normalmente consumen bastante tiempo, como redactar correos formales, buscar explicaciones o información específica sobre ciertos temas o productos, elaborar planes de acción y cálculos complejos… Algunas de las funciones más utilizadas son: asistencia virtual, servicio al cliente, generador de contenido y traductor de idiomas.

Aunque ChatGPT ha demostrado ser una herramienta muy útil en una variedad de industrias, también ha planteado algunas preocupaciones sobre el uso de la inteligencia artificial en general. Es importante que se tomen medidas para garantizar que la tecnología se utilice de manera responsable y ética, sin discriminar o perjudicar a terceras personas. Y es que cuando se trata de que la herramienta genere respuestas con información obtenida desde internet, se corre el riesgo de recoger datos falsos, sexistas o racistas, entre otros.

Sin duda, esta tecnología ha revolucionado la forma en que las personas interactúan con las máquinas, proporcionando una experiencia de usuario más humana y natural, que estamos seguros de que seguirá mejorando con el paso del tiempo.

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