Es un hecho: el escenario laboral en Chile (y en todo el mundo) cambió para siempre, y no hay vuelta atrás. La pandemia del COVID-19 remodeló la estructura del trabajo, la manera de coordinar labores y objetivos, el enfoque que tanto trabajadores como empleadores le dan a cada una de las tareas y procesos productivos: la dinámica de las reuniones remotas, la flexibilidad de horarios, incluso la manera de relacionarnos… y la necesidad de tener que adaptarnos rápidamente, ante la amenaza de que en cualquier momento irrumpa una nueva variante del virus que nos haga retroceder a medidas sanitarias más restrictivas. 

Pero cuando surgen dificultades, también aparecen las oportunidades: todos los procesos de cambio traen cosas positivas si sabemos detectarlas. Por un lado, la “modernización forzada” que han experimentado tanto grandes empresas como emprendedores e independientes, al verse obligados a implementar sistemas de teletrabajo y a mantener la productividad en medio de un escenario cambiante, dejó en evidencia en muchos casos ciertos “fallos productivos”, problemas de liderazgo o carencias del ambiente laboral que deben ser abordados y corregidos. Dificultades para establecer prioridades y gestionar plazos, manejo de estrés o ansiedad, mecanismos de seguimiento y control en trabajo remoto, son sólo algunos ejemplos.

En contraparte, esta misma modernización establece un nuevo estándar de manejo de herramientas que pavimentan el camino para el perfeccionamiento técnico y el desarrollo de habilidades blandas, que son justamente la manera de abordar y corregir los problemas antes mencionados.

Durante el último par de años, la demanda y el abanico oferta de cursos de capacitación a distancia o e-learning se ha experimentado un crecimiento explosivo: por ejemplo, según datos de OTIC (CChC), en apenas un año la proporción de matrícula a cursos a distancia versus presenciales subió de un 17% a un impresionante 82%. Las opciones son más variadas, las plataformas funcionan mejor que nunca y los valores se han vuelto mucho más convenientes gracias a la competencia, al apoyo estatal y a que los costos son considerablemente más bajos que la modalidad presencial.

Ok, quiero capacitarme… ¿por dónde comienzo?

El primer destino para encontrar alternativas de capacitación es el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE * https://sence.gob.cl/personas/cursos *. El sistema de SENCE permite acceder a perfeccionamiento de casi cualquier índole y especialidad, haciendo de puente entre los proveedores externos de cursos y las empresas, a través de convenios y beneficios tributarios para subsidiar la capacitación o garantizar el acceso gratuito. En la web puedes encontrar un buscador muy detallado y eficiente para encontrar exactamente lo que necesitas.

Especialmente para PYMES, CHILECOMPRA * https://capacitacion.chilecompra.cl/ * ofrece una serie de cursos completamente gratuitos tanto para compradores como proveedores, en modalidades de e-learning o semipresenciales y en temas administrativos, dominio de programas y convenios, gestión de inventarios y mucho más.

En la misma línea, el Servicio de Cooperación Técnica SERCOTEC  * https://capacitacion.sercotec.cl/portal/ * cuenta con una gran variedad de cursos gratuitos pensados para PYMES, en temas que van desde gestión financiera y contabilidad hasta marketing, sustentabilidad y tecnologías de información. Los cupos totales son limitados y existen máximos de inscripciones por período, así es que conviene revisar muy bien las bases de postulación.

Por el lado de CORFO, en el portal de Pymes en Línea * https://pymesenlinea.cl/ * puedes encontrar cursos gratuitos para implementar y perfeccionar el proceso de digitalización y venta en línea para tu empresa o emprendimiento.

Y si estás buscando postítulos o diplomados, la mayoría de las universidades tradicionales cuentan con convenios para empresas o en algunos casos directamente a través de SENCE, por lo que te recomendamos averiguar con cada institución la mejor alternativa según lo que estés buscando.

Recuerda: la capacitación y el perfeccionamiento beneficia no sólo a la empresa, que mejora sus procesos, su eficiencia y el valor de su capital humano; también beneficia directamente al trabajador, que desarrolla nuevas habilidades, adquiere conocimientos y se vuelve más valioso en un mercado laboral cada vez más competitivo. Y cada vez que necesites un apoyo adicional de financiamiento para seguir avanzando, no olvides que Interfactor está contigo siempre… ¡pase lo que pase!